dimarts, 6 de desembre del 2011

Apuntes básicos para tres días en Budapest

Para hacer una escapada de un fin de semana largo a Budapest, hay una serie de lugares que no pueden dejar de visitarse.
Día 1: Parlamento y un paseo por la Isla Margarita (si es verano se recomienda hacer este paseo en bicicleta). Paseo nocturnos por los puentes.
Día 2: Fortaleza y barrio de la fortaleza y Ciudadela. Barrio judío y Avenida Térez/Ersébet/Jozsef (va cambiando de nombre).
Día 3: zona centro con sus plazas y calles comerciales. Avenida

Andrassy. Palacio. Y unas horas en el Balneario de Széchenyi.
Budapest es una ciudad a medio camino entre el aire solemne y señorial de Viena, con sus suntuosos cafés, sus grandes avenidas con mansiones, sus castillos y palacios. Y al mismo tiempo conserva todavía viva la huella de su reciente pasado soviético en algunos edificios, comercios, calles, que le dan un aspecto frío, abandonado, e incluso como seguir viviendo en el año 50.
Carácter: los húngaros son agradables y alegres. Las calles estaban repletas de gente paseando, mirando paradas, comprando un vaso de vino caliente. Por mucho frío que haga o por mucho que llueva, no se amilanan y se dedican a tomar algo alegremente en la calle, bajo una carpa y con una mantita o una estufa al lado.


Comer y beber: para comer, imprescindible el gulash, la sopa típica húngara. La ofrecen muchos restaurantes y bares de Budapest, por unos 3 euros. Ideal para entrar en calor. Sabrosa e intensa, hecha con verduras y carne, a veces también con legumbres, y condimentada con paprika, la especia típica de Hungría, que es pimentón. Así que cuidado, que en ocasiones es picante. Como lugares concretos para comer, recomendamos el italiano Il terzo cerchio. Para beber, tienen multitud de cervezas y licores. En invierno vino caliente con naranja y clavo.
Idioma: en el centro de Budapest el personal de los comercios y los restaurantes hablan inglés. Sin embargo, en algunos lugares tan turísticos como los balnearios o en el metro las indicaciones están sólo en húngaro, lo que puede provocar situaciones de desconcierto como equivocarse al entrar en el vestuario masculino. El húngaro es un idioma duro, áspero, difícil., Y en contra de lo que pudiera pensarse, no proviene ni de una rama del alemán ni de ninguna lengua eslava. Es de las pocas lenguas en Europa que no tiene origen indoeuropeo. Para ellos, es un motivo de orgullo.
Transporte: para ir del aeropuerto al centro de Budapest se puede coger un taxi con un precio fijo (unos 27 euros), coger un taxi colectivo (unos 12 euros) que también te llevará a tu hotel, el autobús del aeropuerto que lleva al centro (unos 5 euros) o coger el tren (1.20) que lleva a la céntrica estaciónd e Nyugati. Para moverse por Budapest, lo mejor es ir andando, pero para ir de un barrio a otro se puede tomar el tranvía, el autobús o el metro. El metro tiene tres línias, no se puede transbordar de una a la otra. La más famosa es la línea 1 que recorre toda la avenida Andrassy y es la línea de metro más antigua de Europa. Todavía conserva parte de su encanto de finales del siglo XIX.


Para saber más: cuando viajo a un sito me gusta acercarme a su cultura, especialmente su cine, literatura y música. En este caso, se puede leer la novela brasileña “Budapest” de Chico Buarque y ver la película basada en el libro. Otros libros recomendados son Praga de Arthur Philips (sí, va de Budapest, pese al nombre), La Rosa de Doris Mortman, Bajo la rana de Tibor Fischer. Además, uno de los libros imprescindibles es La Melancolía de la resistencia de László Krasznahorkai. Finalmente, se puede leer la parte correspondiente a Budapest del libro de viajes por Europa de Patrick Leigh Fermor “Tiempo de los regalos” y “Entre los bosques y el Agua”.

Finalmente, para consultas o pedir información turística te atienden muy amablemente en la Oficina de Turismo de Hungría en España.

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