diumenge, 24 de setembre del 2017

El papel de la mujer en la Italia medieval a través de una interesante novela histórica

Conocemos la historia por las grandes gestas protagonizadas por hombres que eran los que escribían las crónicas y los libros. Pero en todos los tiempos, las mujeres también fueron tejiendo la historia, aunque de una manera más silenciosa, discreta y poco reconocida, y a menudo liderando gestas y batallas aún más heroicas. Algunas de esas proezas femeninas son las que nos descubre la novela “Amor divino, amor profano” de Sandra Ferrer, una valiosa obra para conocer el papel de la mujer en la Italia medieval, una época sobre la que existe poca narrativa de ficción.

Y lo hace a través de dos personajes aparentemente antagónicos pero con muchos elementos en común. La historia parte de dos amigas muy unidas en la infancia y la adolescencia pero con caracteres y vocaciones bastante opuestos. Mientras la pasión de una es la vida religiosa y contemplativa para la otra es ser feliz con la persona que ama. Dos metas muy distintas pero con un fuerte elemento en común: a ninguna de las dos les está permitido alcanzarlas. Así pues, las dos amigas luchan contra los convencionalismos y presiones familiares y sociales de aquella época, que no eran precisamente muy permisivos, para perseguir sus sueños y poder dirigir sus propias vidas, un afán tan legítimo pero tampoco corriente en aquella época, y mucho menos para las mujeres.

Y aquí radica justamente uno de los grandes aciertos de la autora, que mientras uno de los dos personajes es completamente ficticio, la otra protagonista de la novela está basada en un personaje real: Santa Clara de Asís.  Ferrer supera con creces la osadía de recrear la vida de Santa Clara de Asís, una mujer extraordinaria que protagonizó la historia en nombre propio pero que apenas se conoce. Seguidora de San Francisco de Asís que defendía la vida de oración, pobreza y trabajo, alejándose de los fatos y riquezas de la jerarquía de la Iglesia, una Clara adolescente huyó de su casa en Asís y abandonó a su familia noble y la vida acomodada para seguir a San Francisco y sus preceptos. Así, fundó la orden de la hermanas clarisas. Santa Clara de Asís fue además la primera y única mujer en escribir una regla de vida religiosa para las mujeres, alejada de las reglas tradicionales.

Sandra Ferrer recupera esta fascinante figura en su novela y lo hace con toda la solvencia de una importante trayectoria en el campo de las biografías históricas, especialmente en su lucha por recuperar y dar a conocer a figuras femeninas a través de su bloc Mujeres en la historia y diversos libros de ensayo como “Mujeres silenciadas en la edad media”, “Breve historia de la mujer” o “Breve historia de Isabel La Católica”. En su primera obra de ficción, Ferrer hace un muy meritorio el trabajo de investigación y documentación para darle verosimilitud y rigor a la recreación histórica, pero sin descuidar ni un ápice el ritmo narrativo, la caracterización de personales, la emoción del hilo argumental y de los dos personajes principales.  Con una prosa ágil y desprovista de artificio por la que te deslizas sin darte cuenta, Ferrer nos va desgranando la vida cotidiana de estas dos mujeres, sus sueños, pasiones, temores y luchas.

Sin duda una novela muy recomendable para los amantes de la historia y especialmente para los que quieran disfrutar descubriendo las páginas desconocidas que escribieron las mujeres.

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